Una de las maneras más usuales de expresar un número es la forma decimal. A
veces, incluso, se utiliza la forma decimal para aproximar números escritos
de otras formas (en forma fraccionaria, utilizando raíces, etc). Por
ejemplo:
se podría aproximar por .
se podría aproximar por .
En la vida cotidiana los modos de expresar un número son muy variadas y dependen de su uso (comercial, financiero, para medir, etc). En entornos científicos donde se realizan cálculos automátizados (a través de calculadoras y ordenadores) se utiliza la notación científica. En las disciplinas
matemáticas es muy común utilizar los números exactos, y no aproximados,
manteniendo las raíces y las fracciones siempre que aparecen, aunque
simplificándolas al máximo. También es bastante habitual que los resultados a
los ejercicios y problemas de estas disciplinas sean números "fáciles"
(enteros, por lo general), pero ello no deja de ser una convención y nunca
una obligación.
En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que, por ejemplo, entre los
números siguientes:
no hay unos números "mejores" que otros, aunque, claro está, es mucho más sencillo operar
con el número que con cualquiera de los otros dos.