El proceso de integración de una función, f ( x ) , es el proceso inverso al de derivación. Es decir, una integral de dicha función es otra función, F ( x ) , denominada primitiva, que cumpla que F ( x ) = f ( x ) . La primera característica evidente de este proceso es que la primitiva de una función no es única, ya que si F ( x ) es una primitiva de f ( x ) , también lo es G ( x ) = F ( x ) + c , siendo c un número real, ya que su derivada es G ( x ) = F ( x ) . Así pues, en general al expresar el resultado de integración, siempre se le añade una c , es decir, una constante. De este modo, la primitiva, por ejemplo, de x es x 2 2 + c, lo que se expresa de la siguiente manera:

xdx= x 2 2 +c

Las propiedades básicas de la integración son las siguientes:

  • La integral de la suma de funciones es igual a la suma de la integral de las funciones.
    ( f ( x ) + g ( x ) ) d x = f ( x ) d x + g ( x ) d x

  • La integral del producto de un número por una función es igual al producto del número por la integral de la función.
    k · f ( x ) d x = k f ( x ) d x

Por ejemplo:

( 3 x 2 + 5 ) d x = 3 x 2 d x + 5 d x = 3 x 2 d x + 5 x = x 3 + 5 x + c

Además, de manera evidente puede deducirse que:

  • si g ( x ) = f ( x ) d x  entonces g ( x ) = f ( x )

  • La regla de la cadena (es decir, ( f g ) = ( f g ) · g ) nos permite escribir que:

    ( f ' g ) ( x ) g ' ( x ) d x = ( f g ) ( x )